Finalmente después de buscar a la Suerte por todas partes me la encontré de cara y esta vez no me pudo esquivar, así que se mudó conmigo una temporada y todo fue mucho más fácil. Por supuesto brindamos y lo celebramos por todo lo alto durante varias semanas como si no hubiera mañana. Todo adquiría una perspectiva diferente desde tan arriba y aunque allí el sol calentara aún más yo no estaba dispuesto a despertar.
Hasta que un día cualquiera llego a casa después del trabajo pongo la tele y me doy cuenta para mi sorpresa que vuelven a emitir las mismas series del año anterior, las mismas bromas con los mismos personajes y claro lógicamente ya nada tiene la misma gracia. El suspense se fue de vacaciones y la aventura se fue a comprar tabaco. Entonces… quien me quedaba? De repente abro los ojos y me asomo al comedor, y me encuentro nada más y nada menos que una gorda y aburrida Estabilidad ocupando anchamente las tres plazas del sofá mirándome con cara de ingenuidad. El pánico se apodera de mí y en un intento de negar la realidad me visto y salgo a la calle como si no hubiera visto nada… pero al salir del portal me doy de bruces con un decorado plano, de cartón piedra e impreso en escala de grises. Sin detenerme sigo caminando calle abajo sin saber muy bien a donde ir mientras no dejo de preguntarme cómo ha podido cambiar todo tanto y sin haberme dado cuenta. Mis pasos llegan hasta la orilla del mar y mis ojos intentan ver más allá del horizonte buscando una respuesta. Entonces me doy cuenta de que esta justo delante de mí. El mar.
Hace ya tres años y medio que decidí vivir bocabajo en un intento de huir de la rutina en la que vivía en Barcelona, en busca de una aventura, en busca de un mar que me diera más olas. Después de un par de temporadas emocionantes de mi vida la rutina consiguió dar conmigo y el guion se volvió monótono. ¿Cómo? Supongo que sin darme cuenta la urgencia del día a día me comió y al final se me olvido lo esencial, lo más importante, vivir el momento.
Todo esto para deciros que sí, también se me olvido escribir, se me olvido pasar por el blog y reinventar el día a día con nuevos retos y nuevas metas. Así que después de este despertar, vuelvo a la carga dispuesto a perseguir nuevas olas con una sobredosis de inconformismo y con la esperanza de que esto sea contagioso y que al haber leído estas palabras tú también vivas si cabe un poco más cada momento.
Saludos, abrazos y besos para vosotros.
Banda Sonora:
https://www.youtube.com/watch?v=GxQjx7FkmNA
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Creo que tod@s, aunque sin darnos cuenta y aunque rehuyamos de ella, siempre vamos buscando una rutina. Lo que hacemos es disfrazarla, un@s mejor que otr@s. La rutina es sana; lo que no es sano es tener siempre la misma. Ánimo con esta nueva!
ResponderEliminarGracias por volver a escribir de lo que acontece en la vida que observas, la que te acompaña, la que eliges vivir, que bien te manejas con la palabra escrita, logras una vez más emocionarme, veo en la forma de escribir una función importante.
ResponderEliminarTú poder de convocar a las masas me deje perpleja, otro punto más de similitud entre nosotros hermano, la escritura, el andariego, la andariega, la belleza, aries,...
Solo te digo una cosa, no sabemos nada,..nada,..rompe la rutina, ese pensar en el tiempo es lo único que nos oxida,... y cambia el decorado siempre que quieras la tierra solo nos quiere en movimiento, lo único que me para a mi es el amor,...el amor cósmico, mi próximo destino California,...nos sentiremos en la distancia, en la meditación donde el silencio llena todo de colores.
Gran abrazo Pepe!
Vanesa Shiatsu.